Sanando las heridas del pasado: La terapia y el trauma

Muchas veces, llevamos dentro heridas que no se ven, pero que nos afectan profundamente. El trauma puede surgir de experiencias que nos hicieron sentir desprotegidos, avergonzados, o solos—situaciones que sobrepasaron nuestra capacidad emocional en su momento.

Estas heridas pueden dejar marcas duraderas: ansiedad, dificultad para confiar, insomnio, problemas en nuestras relaciones, o una desconexión con uno mismo. Tal vez no siempre sepamos nombrar lo que sentimos, pero sí notamos que algo no está bien.

La buena noticia es que sanar sí es posible. Y la terapia puede ser un primer paso hacia esa sanación.

¿Qué entendemos por trauma?

El trauma no siempre proviene de eventos “grandes” o extremos—también puede nacer de situaciones repetidas, sutiles o prolongadas que nos hicieron sentir inseguros o inadecuados.

Puede incluir experiencias como:

  • Violencia emocional o física

  • Rechazo o abandono en la infancia

  • Discriminación por razones de género, orientación sexual, etnicidad o estatus migratorio

  • Pérdidas significativas

  • Cambios bruscos o experiencias médicas

Muchas veces, las personas minimizan lo que vivieron: “No fue para tanto”, “A otros les fue peor”, “Ya debería haberlo superado”. Pero lo cierto es que cada experiencia es válida, y lo importante es cómo te afectó a ti.

¿Cómo puede ayudarte la terapia?

En un espacio terapéutico seguro y sin juicio, puedes:

  • Ponerle palabras a lo vivido

  • Identificar cómo el pasado influye en tu presente

  • Explorar tus emociones a tu propio ritmo

  • Desarrollar herramientas para cuidarte

  • Reconectar con una versión más completa y auténtica de ti mismo/a

Mi enfoque es integrativo, lo que significa que adapto la terapia a tus necesidades específicas. Trabajo con elementos psicodinámicos y humanistas para ayudarte a entender tus patrones, tu historia, y las formas en que te proteges—y, poco a poco, darte permiso para transformarlas.

Trauma y migración

Si has migrado a otro país, como al Reino Unido, puede que enfrentes capas adicionales de trauma: dejar atrás tu cultura, sentirte aislado, enfrentarte a barreras de idioma o discriminación. Estos factores pueden amplificar viejas heridas o crear nuevas.

Como terapeuta bilingüe y multicultural, entiendo lo difícil que puede ser encontrar un espacio donde uno pueda expresarse con autenticidad y sin traducirse. Hablar en tu idioma materno puede ser un alivio inmenso cuando se trata de temas emocionales.

Sanar es un proceso, no una línea recta

La terapia no es una fórmula mágica ni un camino lineal. Habrá momentos de claridad y otros de confusión. Pero lo importante es que no tienes que recorrer ese camino solo/a.

Con el tiempo, puedes empezar a vivir con más ligereza, más presencia, y con una mayor conexión contigo mismo/a.

¿Te gustaría hablar?

Ofrezco una consulta inicial gratuita de 15 minutos para que podamos conocernos y ver si podría ayudarte.

Contáctame aquí →